Llega San Valentín, el patrón de los enamorados. Muchos optarán por celebrarlo de forma tradicional; una cenita romántica, un hotel con encanto, pétalos de rosa en la cama, champán…otros elegirán un plan más casero, con un baño relajante, velas, inciensos, masaje erótico…y los más atrevidos darán un paso más allá, en busca de nuevas sensaciones y de un San Valentín diferente. Si eres de los valientes tenemos el plan perfecto para ti: descubre el BDSM y libera “al Christian Grey” que hay en ti
Lo primero de todo, ¿sabes que significan las siglas BDSM? Seguro que estás cansado de escucharlas. BDSM: Bondage y Disciplina, Dominio y Sumisión y Sadismo Masoquismo. Leído así puede dar un poco de miedo, pero nada más lejos de realidad. Los juegos de ataduras, dominación y sadomasoquismo no tienen nada que ver con abusos físicos y emocionales sino con la erotización de los juegos de poderes. Dejando esta parte clara, vamos a diseñar vuestro San Valentín más oscuro.
- Bondage y Disciplina: podéis utilizar unas esposas, pañuelos, cuerdas o cinta adhesiva (aseguraros que sea para la práctica del bondage, ya que al quitarla no os dañará la piel). El objetivo es inmovilizar a tu pareja y disfrutar de su cuerpo sin resistencia.
- Dominio y Sumisión: Vais a interpretar dos papeles: “Amo/a y sumiso/a”. El amo adopta un rol dominante y ejerce su voluntad sobre el sumiso, siempre y cuando, esté de acuerdo. En este sentido, puedes ordenarle que haga una determinada postura, que no se mueva, en definitiva, hacer realidad vuestras fantasías sexuales. Poner los límites que queráis y nunca sobrepasarlos. El sumiso, de forma voluntaria, lleva a cabo las órdenes del Amo, siempre y cuando, no sobrepasen los límites establecidos. Aunque parezca lo contrario, el sumiso es quién lleva el control, ya que él decide cuando el Amo debe parar. Es un papel muy excitante, porque te dejas llevar, sigues la iniciativa de otra persona, no sabes lo que va a pasar, pierdes la voluntad de manera simulada, porque no deja de ser un juego consensuado entre adultos, para el disfrute de ambos.
- Sadismo Masoquismo: es la obtención del placer a través de la experimentación del dolor, adaptándolo siempre a los límites de cada persona. Podéis empezar con unos pequeños cachetes, pellizcos o usar alguna fusta o látigo muy blanditos. Recordad que es importante establecer palabras de seguridad, que el sumiso empleará cuando esté llegando al límite del dolor soportado.
Es importante recordar que este tipo de juegos requieren de una confianza absoluta entre la pareja, por lo que no es recomendable en relaciones casuales. Del mismo modo, el problema surge cuando alguno de los dos sólo es capaz de obtener placer practicando este tipo de juegos, porque siempre va a querer dar un paso más allá y puede la pareja no esté dispuesta a aceptarlo. Si llegáis a este punto, habladlo y buscar otro juegos con los que disfrutéis los dos
Poneos las máscaras, adquirid vuestro kit de Bondage y haced realidad vuestras fantasías eróticas. ¿Os atrevéis?
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