Ayer, a las 19h todo estaba preparado en Lys Erotic Store San Sebastián de los Reyes para recibir a fantásticas mujeres, con las que pasaríamos más de dos horas hablando de lo que más nos gusta: la sexualidad.
Tuvimos el honor de contar con la presencia de Shantale Carrera (las cositas de Shantale) recien llegada de Mexico, María José (Maryasesora), las superheroínas Chichi&Peny, Silvia. C. Carpallo, María Esclapez (diario de una sexologa), Sonia Encinas, Cristina Callao y Zoraida que se conectaron desde Barcelona y Castellón, respectivamente. A pesar de su juventud todas ellas cuentan con un extenso currículum académico y profesional y escucharlas fue un verdadero placer para los sentidos.
Poco a poco iban llegando y en todas pudimos ver su cara de sorpresa al ver la tienda, “no es cómo nos la imaginamos”, “es una pasada”, “súper grande”, “preciosa”, era lo que nos iban comentado. Subimos a la planta de arriba y después de las presentaciones, nos pusimos cómodos y empezamos intercambiar nuestros puntos de vista, experiencias y vivencias sobre el mundo de la sexualidad. Risas y un ambiente relajado y distendido era lo que se respiraba en esos sofás blancos con cojines de conejito de playboy.
Una de ellas preguntaba al resto de sus compañeras “¿no os ha pasado que cuando dices que eres sexologa todos piensan que te tienen que gustar las orgías, el sexo desenfrenado y las locuras en la cama?” El resto asentía con la cabeza volviendo a romper con uno de los típicos mitos de esta profesión.
El momento clave fue cuando todos coincidimos en el gran problema al que nos enfrentamos: la falta de educación sexual. “La educación sexual no sólo se aprende en la familia, sino que atañe a todos los aspectos de la vida”, decía Silvia. El resultado de esta falta de educación es el aumento de enfermedades de transmisión sexual, pues el uso de métodos anticonceptivos empieza a estar en desuso. Otra consecuencia es la presión que ejerce la sociedad, movida por la industria del porno, que ha originado que las relaciones sexuales siguen unos cánones determinados que muchas veces no son reales. Por ejemplo “el hombre tiene que durar casi dos horas sin correrse”.
El tiempo pasaba, pero nuestros relojes se habían detenido al entrar en aquella sala porque estábamos tan agusto, que no nos hubiera importado estar hablando toda la noche.
Gracias al excelente trabajo que hacen sexólogos, psicólogos, educadores sociales, tiendas eróticas y otras entidades relacionados con el mundo de la sexualidad, los tiempos están cambiando. La mente cada vez está más abierta y poco a poco los viejos mitos y tabúes están quedando atrás, dando paso a una sociedad mucho más liberal.
Muchas gracias a todas por haber compartido con nosotros vuestro tiempo.